
No sé dónde tengo las zapatillas. Por ahí andarán, en algún rincón, cogiendo polvo. Formo parte de la resistencia. De los que no han intentado hacer trampa ni un solo día. Y ya van diecisiete o dieciocho. A mí también me gusta correr. Llevo 35 años haciéndolo, de hecho. Pero considero que tampoco nos han pedido tanto. No nos han llamado a filas. Ni nos han mandado limpiar todas las letrinas de la ciudad. No. Solo nos han pedido que nos estemos tranquilitos en casa, con nuestras series, nuestros libros y nuestras músicas, para que no se propague un virus que mata a gente. A mí me parece un mensaje tan claro como convincente. Así que ya no sé ni dónde están las zapas.
Ahora, informativamente, hay un problema. Suceden muchísimas cosas y, al mismo tiempo, no pasa nada. Con toda la que hay montada sería una estupidez decir que no ocurre nada, pero lo cierto es que, más allá de la pandemia, la vida ha pegado un frenazo en seco. Así que a los periodistas ahora nos llaman para hacernos dos tipos de encargos: escribir sobre el coronavirus o escribir sobre nada. Yo soy de los segundos. Lol.
Mientras dure la cuarentena, escribiré. Cuando pase, pararé. No, no seáis mal pensados. Ojalá este fuera el primer y último artículo. Aunque soy de los que calculan que nos iremos a mediados de mayo.
No, no te vayas, que dejo ya de ser agorero. Que ahora viene lo bueno, lo motivante. Me he propuesto titular cada uno de los artículos que dé de sí este confinamiento con uno de los tópicos que nos ametrallan estos días. El primero encabeza estas letras: Cuando todo esto pase. Sí, podríamos decir que es la zanahoria que nos permite seguir avanzando. Al menos para mí. Yo, en los momentos bajos, me premio con ilusionarme con qué haré cuando todo esto pase.
El primer día de libertad, cuando abran las compuertas, el río va a parecer la plaza del Ayuntamiento en la mascletà de San José.
Creo que eso nos divide en dos tipos de personas: los que saldrán raudos hacia el río a correr y los que levantarán la mano nada más escuchar la noticia, pararán un taxi y pedirán que les lleve a su barra de cabecera. Sí, lo siento, vuelvo a ser de los segundos. Lol.
Yo me esperaré al día siguiente. Porque el primer día de libertad, cuando abran las compuertas, el río va a parecer la plaza del Ayuntamiento en la mascletà de San José.
Yo pondría un guardia urbano para regular el tráfico. O, mejor aún, un ‘segurata’ de estos de discoteca de moda. ¿Que cuatro han acabado de rodar? Pues que entren cuatro más. ¿Que te has parado un momento a refrescarte en una fuente? Lo sentimos, no podrás reincorporarte hasta que uno abandone el Circuit 5K.
¿Y la primera carrera del calendario que reciba la autorización para celebrarla? Ese día bate su récord de participación holgadamente.
En fin, que paciencia. Que la salud está por delante de running y que tiempo habrá para hartarnos de correr. Mientras, cuando te agobies, dedícate a pensar en cuando todo esto pase. Y si quieres, te puedes venir a mi barra. Yo invito. Prometo una amena charla sobre correr.
Salud.
Gran iniciativa amigos de RunningCV, plumas como la de Fernando hay pocas en este país… no me canso de leerlo!!
Leerte es sentir todo eso que transmites. Grandes Running CV y Ferches
Gran escrito , me encanta!!! Y me apunto a esa Barra??????