Eva Agea, psicóloga deportiva, nos explica cómo puede ayudarnos la Psicología Deportiva en nuestro día a día para disfrutar todavía más de nuestro deporte favorito.
Nuestro cerebro es fundamental para realizar todas y cada una de las actividades que hacemos a diario, ya sean personales, sociales, laborales y, por supuesto, también deportivas. El atletismo es un deporte muy mental y requiere que estemos preparados, para los entrenamientos, las carreras y los resultados . Pero, ¿cómo podemos conseguirlo? Y es más… ¿cómo podemos mantenernos motivados sin competiciones a la vista?
Hablamos con Eva Agea, licenciada en Psicología y especializada en Psicología Deportiva y Gestión Deportiva, para ahondar en la importancia de la Psicología Deportiva tanto en el deporte profesional como amateur.
Simbiosis perfecta entre mente y cuerpo
Es fundamental que mente y cuerpo formen una simbiosis perfecta para que todo fluya como debe en el rendimiento deportivo. En el atletismo popular todos nuestros pensamientos, nuestras estrategias de afrontamiento y toma de decisiones están presentes tanto cuando entrenamos como cuando competimos.
En el running, lo importante es disfrutar del camino, de los madrugones, los entrenamientos y de las carreras, por supuesto. Y en muchas ocasiones, el asesoramiento de un profesional de la Psicología Deportiva es de gran ayuda para disfrutar del camino. Cuando Eva trabaja con deportistas les transmite que todo va a depender de él o de ella, de su esfuerzo.
Dejar algo en manos de la suerte significa permitir que otros controlen tu vida.»
Hay muchas variables psicológicas que pueden influir en el rendimiento de los deportistas. No siempre entrenamos y competimos de la misma manera, pues es imposible mantener cada día la misma motivación, concentración, ganas, etc. La Psicología nos ofrece respuestas en forma de habilidades y estrategias, y algunas técnicas que nos aporta son:
- Ensayo de imaginación
- Técnicas de relajación
- Detención de pensamiento
- Planificación de objetivos
Cada una de las técnicas es distinta según el contexto, la situación y el deportista. «La Psicología nos entrena a utilizar estas técnicas según el objetivo que se nos plantee», nos explica Eva.
Ayudar al deportista sin entrometerse en su toma de decisiones
El trabajo de un psicólogo deportivo consiste en ayudar a mejorar, no solo el rendimiento deportivo, sino en dotarle de herramientas y habilidades para que el rendimiento sea el óptimo tanto en el plano deportivo, como el personal y el social.
Todo lo que rodea al deportista influye en su manera de comportarse, su rendimiento, sus hábitos, sus actitudes, etc. Pero tal y como nos explica Eva, «guiar no es llevar de la mano, sino enseñar estrategias, afianzarlas o entrenarlas».
La Psicología Deportiva consiste en ayudar al deportista sin entrometerse en su toma de decisiones. Ni en la suya ni en las del cuerpo técnico.»
El objetivo del psicólogo es ayudar al deportista a mejorar y a que la vivencia de su paso por el deporte sea algo gratificante, equilibrado y que sume a su vida.
¿Está reconocida la figura del psicólogo deportivo?
La figura del psicólogo está integrada ya en muchos cuerpos técnicos de clubes de diferentes disciplinas. Sin embargo, eso no quiero decir que esté aceptada o considerada igual de necesaria que la de otro profesional del mundo del deporte. «Cuando un atleta va al fisio o al nutricionista lo vemos como una parte fundamental, integrada dentro del trabajo que debe realizar para obtener un resultado óptimo. Sin embargo, la visita a un psicólogo se puede observar como un síntoma de debilidad», nos cuenta Eva Agea.
El día que digamos que vamos al psicólogo de la misma manera que decimos que visitamos el dentista, la figura del psicólogo dejará de asociarse al problema, a lo negativo, para asociarse a la solución, al esfuerzo de querer mejorar.»
Hay figuras que están socialmente más aceptadas que otras, como es el caso de los fisioterapeutas, los preparados físicos o nutricionistas. El psicólogo deportivo se ha ido haciendo su hueco poco a poco. Es importante que sean valorados y reconocidos durante todo el proceso y día a día de un deportista y no únicamente cuando están al borde del abismo. Ahí es obviamente mucho más complicado trabajar y, por mucho que se consigan resultados positivos, los profesionales se ven obligados a empezar la casa por el tejado. “Si nos hubieran tenido en cuenta en muchos casos como parte de la preparación del deportista, el fuego hubiera sido mínimo. O no, no se sabe, pero de la misma manera que tener un fisio no garantiza pasar una temporada sin lesiones. Cualquier cosa puede pasar, pero el riesgo se minimiza”, explica Eva.
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