Raquel Landín fundó este club en 2014 tras su primer viaje al país africano en 2013. Quería trasladar a sus atletas y a su ciudad los valores que tienen los mejores corredores del mundo, por los que ya ha visitado aquellas tierras 5 veces.

Es el camino que todos querríamos seguir, el camino de los mejores corredores del mundo: ‘The Kenyan Way’, el camino keniano. Tras su viaje a Kenya en 2013, la atleta Raquel Landín quiso trasladar todo lo que allí aprendió a su ciudad. Acercar todos esos valores y toda esa cultura del esfuerzo a su gente. Quiso crear un nexo de unión, y con ayuda de sus atletas por entonces como Miriam G. lo consiguió. Fundó el club The Kenyan Urban Way.
Tras ese impactante viaje, Raquel no podía (ni quería) dejar «morir» lo que allí aprendió. Ese esfuerzo y lucha diaria por salir adelante, por seguir avanzando a pesar de la gran mayoría no tener ni para comer, ni siquiera muchos luz. Esa es la base que sustenta el equipo, la sangre ‘keniana’ que nos recuerda que nada se regala, que todo requiere esfuerzo, que todos somos igual de importantes, que todos tenemos siempre algo que aprender del otro y deberemos apoyarnos y respetarnos independientemente del nivel de cada uno.
Un atletismo de valores, humano y de compañerismo
Mejorar un segundo cuando se corre a 3′ pelados o a 6′ es al fin y al cabo una mejora. «Ese atletismo en estado puro, tradicional, un atletismo valorado, respetado, sufrido aunque también disfrutado. El atletismo que me enseñó mi padre y que me enamoró desde niña», nos confiesa Landín.
«Nosotros no tenemos que correr para conseguir una vida digna como ellos pero sí podemos adoptar el respeto que ellos infunden por este deporte. El objetivo es que aquí en la urbe todos mantengan viva la motivación por seguir luchando cada día. Con tanta tecnología, todo se ha vuelto muy cómodo, incluido nosotros mismos. Seguir luchando por alcanzar su mejor versión como deportistas y, cómo no, como personas apoyándose unas a otros». Formas de vida que bien describe Raquel Landín en sus libros sobre estos atletas que se han ganado a base de zancada ser los mejores corredores de fondo del mundo.

«Cada nombre, un logro»
El club ya lo integran más de 150 corredores. En él la juventud se mezcla con la veteranía aprendiendo unos de otros con respeto, manteniendo un equilibrio muy bonito. Porque el respeto es fundamental en este equipo y el que no comprenda este principio básico se va fuera. «Yo creo que cada persona aporta algo especial, porque toda persona tiene algo especial que la diferencia de los demás y eso hay que ponerlo en valor», nos confiesa Landín.
En cuanto a sus logros… casi no nos caben. Han ganado el Circuito de Carreras Populares de Valencia, tanto por equipos como de manera individual en diferentes categorías, subido al podium en el Circuito Diputación, Circuito Horta Nord, Campeonato Autonómiso Máster de Pista 1.500m y 5.000m, participado en el Circuito Autonómico de Cross y ganado el título femenino de Ekiden. Pero aún así, lo principal es que para ellos, cada nombre, cada integrante, es un logro.
Cualquiera puede conseguir su meta personal si se compromete a ello de verdad. Independientemente del nivel siempre debe existir el compromiso personal diario, no hay secretos».
“Twende”
Es su «grito» de motivación. Les puedes escuchar vitoreando «twende» («¡vamos!») en cualquier entrenamiento, en competición, leerlo en la parte trasera de sus camisetas de entrenamiento o en sus publicaciones, pues ya forma parte de su jerga. Una palabra que caló hondo desde el primer viaje a aquellas tierras. Una sola palabra, pero que lo significa todo. Siempre seguir adelante en el atletismo y en la vida.
Esfuerzo e ilusión por seguir adelante y avanzar a pesar de los obstáculos
Y así es como juntos superaron las semanas de confinamiento. Desde el primer día de confinamiento total, este equipo lo superó unido. Cada día, incluidos los domingos, se juntaban a través del directo de Instagram para realizar un entrenamiento diario de aproximadamente 1h15.
Los entrenamientos los planificaba Raquel, quien nos cuenta que fue «toda una experiencia. 49 días seguidos donde cada vez que se acercaban las 18:00h Samu, Naza y yo, con los que pasé el confinamiento y me ayudaron mucho. Apartábamos mesa, sillas y sofás del salón para colocar ordenador, música y dar la clase. Todos nos agradecieron este esfuerzo. Pero como les dije en su momento, concentrarme cada día en crear sesiones atractivas que no se repitiesen con lo poco que teníamos y dar clases me ayudó a mí más que a ellos a que todo pasara más rápido. Sin darnos cuenta habíamos creado una rutina que nos ayudó a todos a superar un confinamiento juntos que nunca olvidaremos».

Una vez permitido, el grupo de Valencia de adultos y niños, liderados por Raquel y Nazareth, respectivamente, empezó a entrenar los miércoles a las 19:30h y los sábados a las 9:00h. En breve esperan ampliar opciones, pero a día de hoy esos días son los que podemos encontrarles bajo la pasarela metálica amarilla a la altura del Carrefour de Campanar. El grupo de Villanueva de Castellón, liderado por Miriam G., entrena los martes y jueves a las 19:00h en el Polideportivo. Además, realizan otros entrenamientos de nivel de rendimiento en diferentes localidades de la provincia de Valencia.
El calendario de carreras de Valencia es quien guía siempre la planificación de los entrenamientos grupos. De manera excepcional, teniendo en cuenta los momentos que estamos viviendo, están aprovechando para mejorar de forma más exhaustiva puntos débiles como la técnica, fuerza, elasticidad, velocidad, etc. En The Kenyan Urban Way aseguran que siempre trabajan diferentes aspectos en todos sus entrenamientos porque todos tienen que correr bien, no solo los atletas de élite. «Intentamos aprender a correr bien y a compensar bien todo el cuerpo antes de meter más kilómetros«, nos cuenta Landín.
Raquel quiso acabar agradeciendo a los patrocinadores del equipo el apoyo mostrado año tras año, «porque ellos son un pilar fundamental para que todo funcione: APLIVAL, Capilla Decoración y Preopolweb.
TWENDE ???